
Un día tu cuerpo se descontrola. No sabes por qué. Aunque revisando pequeños achaques, contracturas, tensiones, pinchazos, o hábitos que has descuidado, quizás encuentres los motivos que han originado esta nueva crisis en tu cuerpo.
Esta vez ha sido un problema de sueño. No ha sido como otras veces, donde me despertaba en mitad de la noche con un ataque de pánico o sintiendo que alguien me perseguía o me aprisionaba. Esta vez el cerebro era incapaz de dormir. Primeros días con dificultad para dormir, pero después de muchas horas conseguía dormir.
Quizás estar con pantallas hasta poco antes de irme a dormir, aunque tenga el control de la luz que atenúa la pantalla y la vuelve más amarilla no era suficiente. O quizás la adicción a las redes sociales, buscando una validación externa o una nueva novedad que me entretenga.
Qué miedo después de haber visto el documental “el dilema de las redes” . ¿Hasta qué punto mi comportamiento se ha modificado en beneficio de los intereses económicos de estas empresas para mantener mi atención en la pantalla y mostrarme su publicidad? Publicidad estratégicamente diseñada para acceder a tu mente inconsciente y convencerte que necesitas comprar algo que en realidad no necesitas, pero saben explotar las vulnerabilidades psicológicas de las personas. A eso se dedican muchas personas, a estudiar qué palabras son las más adecuadas para condicionar cómo te sientes y así que sea más sencillo manipular tu comportamiento en su propio beneficio.
Pues ahí estaba toda la noche sin poder dormir. Tooooda la noche. ¡Qué incapacitante es no poder dormir! Ansiedad con cada hora que pasaba. Sensación de ahogo. Desesperación. Las técnicas de relajación y respiración no funcionaban. No estaba nerviosa. Simplemente el cerebro no se apagaba.
Al día siguiente estaba hecha polvo. Mareada. Con dolor de cabeza. Me dolía tocar la cabeza. No pude hacer nada en todo el día, salvo estar en casa. Y confiar que, por la noche, de propio agotamiento pudiese dormir y poco a poco mi ciclo circadiano volviese a regularse. Veremos cómo evoluciona.
Después de esta crisis he retomado mi disciplina con algunos hábitos saludables que había descuidado.
¿Cuidas tus hábitos para mantener la salud de tu cuerpo o buscas escusas? Espero que te des cuenta de las señales que te va dando el cuerpo y, no llegues a estar incapacitado en una cama para que pares y prestes atención a los cuidados que necesita tu cuerpo.