
Desde pequeña me he caído de la cama por la noche entre sueños y pesadillas. Era algo a lo que no le daba mucha importancia, por lo poco frecuente que me ocurría, quizás una vez cada tres años. Aunque alguna vez sí que me he hecho bastante daño al caerme.
Empecé a preocuparme cuando en el primer año de estar viviendo en Brasil, me caí unas cinco veces en un año. Una de las veces estaba en casa de una amiga, mientras me mudaba de casa. Esa vez me caí contra la maleta de ropa que tenía al lado de la cama, y me hice un buen arañazo en mitad de la espalda al arañarme con la cremallera, aparte de los golpes que me di. Cuando me desperté en el suelo, fui al baño para ver qué me había pasado. Eran las 2:00 de la mañana. Me miré en el espejo y me puse a llorar sin consuelo del susto que tenía en el cuerpo.
Me volví a meter en la cama como pude. Y por la mañana fui con mi amiga al médico. En el médico me preguntaron si había sufrido malos tratos. Les dije que no y les expliqué lo que me había pasado. No sé si me creyeron. Me dieron la baja en el trabajo durante una semana para recuperarme.
Al día siguiente me desperté en mitad de la noche sentada en el suelo, mirando una luz de un equipo de música que estaba con la luz de stand by, y estaba con mi dedo índice de la mano señalando esa luz. No tengo ni idea de cómo me había bajado de la cama. Pero esta vez no me había dado ningún golpe. Cuando me desperté consciente que estaba en el suelo me asusté porque no sabía qué estaba pasando.
El neurólogo especialista en trastornos del sueño al que fui solo me dijo que tenía mucho estrés. Me llevaba el estrés al sueño y por eso me caía. Me dijo que dejase el trabajo. Y que como no lo iba a dejar, que tratase de hacer ejercicio físico para soltar el estrés antes de irme a dormir.
Me armé de valor y se lo conté a una de mis mejores amigas de São Paulo que es psicóloga y a la psicóloga donde había empezado a ir a terapia. Me explicaron sobre temas de energía, sobre seres desencarnados, sobre el inconsciente colectivo, sobre la religión espírita, sobre Chico Xavier, etc. Me recomendaron ir a uno de los centros espíritas para hacer un trabajo de limpieza de mi aura con pases.
Solo pude ir a una de las sesiones, pero me gustó que una persona que me atendió me dijo que no era la primera persona ni sería la última que llegaba contando estas experiencias. Y que era mi decisión si quería desarrollar mi capacidad de medium o no. Me quedé super sorprendida porque no tenía ni idea que tengo capacidades de medium.
La psicóloga donde iba a terapia me habló sobre Geometría Sagrada y sobre meditaciones con visualización de símbolos para protegerme por la noche. Y empecé a probar esas visualizaciones por la noche y dejé de caerme de la cama.
En varias ocasiones también me ha ocurrido de despertarme, aunque sin llegar a abrir los ojos, pero era consciente que estaba despierta en mi cuerpo. Lo que ocurría era que no podía moverme ni hablar ni gritar. Y sentir que alguien me tocaba la espalda. Estaba sola pero yo lo sentía. Es una situación muy desagradable porque no puedes hacer nada.
Esta situación también la compartí con otra persona que me explicó que le había ocurrido lo mismo y que necesitaba aprender a protegerme mejor. Otra persona también me dijo que yo podía echar esos seres que trataban de entrar dentro de mi aura. Hice varios cursos de Geometría Sagrada y la profesora también me lo explicó. No podía creerme que personas que no se conocen entre sí me estuviesen dando las mismas recomendaciones sobre un tema que nadie me había explicado.
Hay bastantes cosas que percibo pero que no consigo ponerle nombre. Solo cuando cuento la experiencia a otra persona que ha pasado por algo similar consigo ponerle nombre.
¿Vives situaciones que no consigues ponerle nombre hasta que lo compartes con alguien que ha pasado por lo mismo? ¿Te frustra no encontrar respuestas a lo que te ocurre? ¿Te sientes juzgado/a como persona mal de la cabeza por personas que no te comprenden?
[…] vez ha sido un problema de sueño. No ha sido como otras veces, donde me despertaba en mitad de la noche con un ataque de pánico o sintiendo que alguien me […]