
Llevo más de 10 años formándome con libros, cursos, tallers, etc., en cómo ser una buena líder. Mucho de este conocimiento me ha servido de gran ayuda. Algunos de los aprendizajes los he podido aplicar. Otros no. Las recetas de consejos no sirven siempre. Más bien, sirven como una mochila de recursos que aplicas por separado, o sobre las que haces adaptaciones y creas otras herramientas propias.
Los libros están bien, sí, aunque han sido las experiencias vividas a lo largo de estos años las que me han enseñado de verdad.
Echando la vista atrás, veo una líder que ha ido evolucionando, quitándose capas, y dando forma a un estilo propio. Un ejemplo de vida vivida según mis propias decisiones.
Yo diría que este estilo se basa en:
- Respetar el tiempo, independencia y capacidades de cada persona.
- Todos tenemos algo único que aportar. Reconocer ese valor y hacérselo saber a la otra persona.
- Dejar de imponer.
- Observar, y dejar que la propia persona cree su trabajo. Si no sabe, puedes orientarle, explicarle tus experiencias, o buscar una formación externa que pueda formarle.
- Soltar el control sobre las personas, nadie debería controlar a otra persona.
- Confiar en mi intuición.
- Aportar mis enseñanzas solo con quien las respeta, reconoce y valora.
Todos tenemos un valor que aportar. Solo necesitamos querer descubrirlo.