Lo esencial es invisible a los ojos

Un artículo que leí hace un tiempo del blog de Pilar Jericó, autora del libro «Héroes cotidianos», he querido rescatarlo para sacar algunas reflexiones.

Todos tenemos miedos: A fracasar, a no llegar a fin de mes, a la muerte… pero quizás, uno de los que más nos condiciona sea el miedo a no ser aceptados, a no ser queridos. Como resumió el filósofo Arthur Schopenhauer:

– El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad.-

La necesidad de ser aceptados se ve dificultada en el mundo que nos ha tocado vivir, donde los valores mas encumbrados son la belleza y la juventud. La edad madura parece estar de capa caída, en especial en las mujeres. Un hombre con canas resulta interesante; una mujer intenta disimularlas.

¿Qué os parece? Daría para un debate muy interesante. No basta con decir «es verdad», sino que es necesario que cada uno bucee en su mente y vea lo que piensa sobre ello o lo que le hace sentir.

¿Por qué, en especial las mujeres, intentamos gustar aparentando ser más jóvenes? ¿Acaso tenemos que demostrar algo? Y sobre la belleza, ¿acaso tenemos que ser todos iguales a los modelos que nos meten por lo ojos cada día?

Sabemos de sobra que la «belleza» que nos venden no es real, en el sentido que son muy pocas las personas en el mundo que por razones genéticas, en general, disfrutan de esas cualidades físicas. Entonces ¿por qué seguimos pensando que tenemos que parecernos a ellos para ser aceptados y gustar?

Pensad por un momento la cantidad de personas que habéis conocido a lo largo de vuestra vida. ¿Qué cualidades tenían aquellas que os gustaban? Esas personas que no sabías bien porque pero que te gustaba pasar tiempo con ellas, con quien compartías un tiempo de mucha calidad, con quien aprendías, te reías… Parece que todas esas personas despertaban en ti emociones positivas. Una de las cualidades que he visto en aquellas personas que más me gustaban es que estaban seguras de sí mismas.

Buscar la satisfacción personal en algo con fecha de caducidad es apostar por un caballo perdedor, aunque los anuncios se empeñen en vendernos otra cosa.

A veces parece difícil resistirse a los anuncios. Cada vez se analizan más técnicas a partir de las cuales se estudia el cerebro, se aprende a estimularlo. Hacen anuncios cada vez más “atractivos”, o al menos creo que esa es la intención. Una opción es apagar la televisión. Así no te ves bombardeado por todos esos anuncios. Al margen de esta “broma”, algo importante y necesario que deberíamos hacer y que te animo a ello, es tener muy presente tus valores. Dedicar tiempo a saber cuáles son tus valores. La satisfacción personal pienso que se consigue cuando actúas acorde a tus valores.

El psiquiatra Viktor Frankl afirma que la neurosis de nuestra sociedad es el vacío existencial. Y para evitarlo, lo rellenamos con aquello que después tememos perder, ya sea juventud, belleza, una casa envidiable o un puesto de prestigio en una empresa. En definitiva, creemos que nuestra identidad y nuestra valía personal dependen del tener, que no del ser. Y ese es el origen de nuestros miedos. Difícilmente podremos perder lo que somos, pero sí lo que poseemos; y, sin lugar a dudas, perder la juventud es ley de vida.

Nunca perderemos lo que somos. Por eso defiendo firmemente aprender y desarrollar buenas habilidades personales que nos ayudarán después a adquirir habilidades profesionales. Desarrollar por ejemplo nuestra inteligencia emocional, conocer cómo reaccionamos ante las cosas que nos duelen o situaciones límites, para no dejarnos llevar por los impulsos cuando se produce lo que los psicólogos llaman «secuestro emocional».

 

Si pensamos en quiénes han sido relevantes en nuestras vidas, difícilmente destacaremos a los más a

tractivos, sino a los que nos han querido tal y como somos, con nuestros defectos y

nuestras arrugas. Aquellos que nos han hecho sentirnos importantes y únicos. Antoine de Saint-Exupèry, autor de El Principito, lo resumía del siguiente modo:

Lo esencial es invisible a los ojos.

Podéis leer el artículo completo en el siguiente enlace:
http://www.pilarjerico.com/¿miedo-a-envecejer-2

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