
Después de hablar con diferentes personas que han dejado voluntariamente las organizaciones donde trabajaban, me he dado cuenta de que detrás de la partida de una persona, hay motivos oficiales y motivos reales.
¿Cuáles son lo motivos oficiales?
Los motivos oficiales son aquellos que explicas a la organización para irte y dejar las puertas abiertas. Nunca sabes las vueltas que da la vida, ni si tendrás la necesidad de volver. Estos motivos pueden ser, por ejemplo:
- He encontrado una oportunidad que es muy buena para mí.
- Voy a tener nuevas responsabilidades que suponen un reto desafiante para el desarrollo de mi carrera profesional.
- Necesito un cambio y voy a probar cosas nuevas.
¿Cuáles son los motivos reales?
Los motivos reales son aquellos por los que has tomado la decisión de dejar la organización. En ocasiones son una acumulación de situaciones que han provocado un hartazgo, hasta el punto de quemarte y no querer seguir más donde estás. Estos motivos pueden ser, por ejemplo:
- No existe ética profesional en la organización. No se vive un código ético. Quizás hay un papel, pero no se vive.
- Quien debería velar por el correcto funcionamiento de la organización, se salta sus propias normas. “Quien hace la ley hace la trampa”.
- No existe un reconocimiento equitativo al trabajo de las personas. Los favoritismos y acuerdos individualistas son la norma.
- De forma sistemática se prometen acuerdos que después no se cumplen. Mucha política y pocas acciones concretas.
- No hay consecuencias ante comportamientos injustos o abusivos.
- Los valores de la compañía son inexistentes o son un mero trámite de imagen. “Papel mojado”. Y tus valores no cuadran con los de la organización.
- El trabajo que la organización necesita que realices no está relacionado con lo que a ti realmente se te da bien y te gusta.
Esta lista podría seguir y seguir. No tienes que estar de acuerdo. Es mi forma de ver y observar.
En una ocasión, una persona me dijo, que a una negociación sobre tus condiciones en una organización no se va con hechos, sino con cuánto te van a echar de menos si te marchas. Me quedé a cuadros con estas palabras. Lo triste es que cuando una persona decide irse, ya no hay espacio para una negociación.
Simplemente, es una reflexión para las personas encargadas de “retener el talento” en las organizaciones.
¿Conoces los motivos oficiales o los reales de por qué las personas dejan tu organización? Quizás indagar un poco sobre los motivos reales, te de pistas de temas que puedas mejorar, cambiar, transformar dentro de tu organización.