Abrir nuevas etapas nos asusta, porque como muchas veces se ha dicho, nos acomodamos en nuestro entorno conocido, como se explica muy bien en la metáfora del libro «¿Quién se ha llevado mi queso?». En este libro se compara un almacén de queso con aquello que conocemos. A medida que pasa el tiempo se va terminando el queso y el poco que queda se vuelve rancio. Si no estamos observando lo que ocurre fuera de ese entorno y sólo nos centramos en lo conocido, podemos estar dejando pasar oportunidades estupendas por ejemplo de un trabajo que encaje realmente con nuestros valores, cambios de rumbo necesarios en la pareja o incluso descubrir partes de nosotros mismos que no conocíamos.
Mario Alonso Puig nos recomienda que cuando una persona esté tan bloqueada que no sea capaz de moverse, entendiendo este término como no actuar ante una situación, le pidamos que dé el paso más pequeño que sea capaz de dar. Nuestro cerebro que es muy listo, una vez que vea que podemos dar al menos un paso se pondrá manos a la obra para avanzar y salir de la situación que nos angustia o disgusta.