La pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano.
¿Reconocemos aquellas pasiones que pueden destruirnos? Creo que por lo general no lo hacemos. Sería bueno mirar un poco dentro de nosotros y analizar esto porque puede que estemos haciendo daño a mucha gente sin darnos cuenta.
Esto puede ocurrir en nuestra vida personal cuando tratamos de imponer nuestro criterio y que las personas que nos quieren y nos aprecian acaten sin más discusión nuestra imposición. Aunque también ocurre en el plano profesional cuando jefes y jefas imponen su criterio abusando del poder que tienen por el puesto.
Sentirse en esta situación de dominados no es bueno para nadie. Porque nos hace vulnerables, porque nos sentimos menospreciados, no valorados, incluso humillados. Si somos capaces de identificar a las personas que quieren dominarnos y practicamos la asertividad, seremos capaces de cortar estos comportamientos hacia nosotros. No digo que la otra persona vaya a cambiar su forma de actuar, sino que con nosotros ya no tendrá su efecto dominador.
¿Qué podemos hacer ante una persona que quiere dominarnos?
Detrás de este tema está el RESPETO a uno mismo y hacia los demás. Un tema que da para mucho y del que hablaré en el futuro.